Por si acaso alguien no sabe muy bien de qué va el tema, dedicaremos este post a hablar de ello y para no perder las buenas costumbres, tratar de sacarle punta a la normativa en cuestión.
En no mucho tiempo se materializará la directiva europea en la que se exigirá certificación energética de viviendas existentes. Hasta ahora era para vivienda nueva y a partir de ahora para la ya construida.
Todos conocemos las etiquetas de nuestros electrodomésticos donde se califica la eficiencia energética de los mismos (A, B, C, D, E y F), pues bien, de alguna forma, se obligará a las viviendas que se vayan a vender o alquilar a que acompañen la documentación de la vivienda con su correspondiente etiqueta de calificación.
Se basará en calificar aislamientos, instalaciones e incluso orientaciones y ubicaciones, términos que influyen directamente sobre el consumo energético de la vivienda.
Cierto es que no hay que subsanar obligatoriamente las deficiencias, eso quedará en la decisión de cada cuál, pero ayudarán a valorar las viviendas y serán un requisito más de posibles compradores o inquilinos.
Por supuesto y como todo, estos certificados no son gratis. Pueden oscilar entre los 100€ y los 400€, y tienen una duración de 10 años.
Desde nuestro punto de vista la idea no es mala, pero para variar, llega tarde y en muy mal momento para el sector. Cuando existen millones de viviendas con deficiencias en la construcción a las que nunca nadie les exigió nada de esto para ser vendidas y que ahora sus propietarios deben rascarse el bolsillo para demostrar que así ha sido.
Esperamos al menos, que las exigencias sean iguales para todos los que venden o alquilan casas y nos referimos directamente a los bancos, hoy punteros en esta materia. Y que los platos rotos no los paguen los de siempre.
También esperamos que, al menos, esto fomente el trabajo de muchos autónomos hoy sin trabajo y que no se adjudiquen estos menesteres a cuatro empresas que sean las únicas que puedan certificar.
Estamos de acuerdo en que en un futuro no muy lejano no habrá tantas viviendas nuevas, y que las que hay ya hechas, deben llevar un mantenimiento acorde con la legislación europea, pero también es cierto que estas normativas no pueden afectar sólo a la energía si no también a las calidades de construcciones y a posibles vicios ocultos.
Por Begoña Entrena